La primera vez que vi a Jolly Jokers fue teloneando a The Quireboys, recuerdo con claridad que llamaron poderosamente mi atención con su divertido directo y su descaro sobre el escenario. Esta deliciosa insolencia escénica unida de manera indisoluble a lo llamativo de su estética, a ese aspecto tan sleazy son junto a su sonido algunas de las bazas favorables que los "jokers" exiben en cada una de sus descargas. En lo musical esa noche la banda desplegaba un set de versiones en el que ofrecían un amplio recorrido a lo largo de su paleta de influencias (Zodiac Mindwarp, Pretty Boy Floyd, etc), todo ello sumado a algún destello de composiciones propias que sinceramente apuntaba maneras.
Unas semanas mas tarde tuve oportunidad de afianzar mis primeras sensaciones, esta vez teloneaban al incombustible e incendiario Adam Bomb, y esa noche el repertorio estaba compuesto casi en su totalidad por composiciones propias, temas bien defendidos en el directo, temas que definen con claridad la propuesta sonora de la banda y que se posicionaban para conformar lo que seria el debut discografico de este quinteto que aunque podrían perfectamente provenir de algún suburbio de Los Angeles, resulta que son valencianos.
La biografía de Jolly Joker es corta, no así las trayectorias de sus miembros que después de ilustrar la escena local con su militancia en otras bandas mas o menos afines (Silent Poison, Traum, Shame City, Arzua 25) deciden aunar esfuerzos para dar forma a un proyecto unificatorio y definitivo, capaz de plasmar en tan solo unos meses su gusto por las melodías herederas del rock americano de mediados de los 80's conjugado con esa contundencia mas propia de las hordas escandinavas, todo ello pasado por el rodillo personal de las influencias que esta vez vienen cargadas de un cierto halo glam que huele a calle, historias y sonidos de maquillaje desgastado, rock and roll attitude plasmado en los seis cortes que dan formato a este primigenio ep, que hace las veces de carta de presentación y posiciona a los "jokers" en la primera linea de fuego del rock canalla patrio.
Este auto titulado compuesto por cinco composiciones propias y una versión es un claro y a la vez determinante alegato rockandrollero, seguramente por la claridad de ideas y lo definitorio de su estilo, aunque esto no tendría razón de ser si no fuera íntimamente ligado al buen hacer instrumental de estos cinco kamikazes, capaces cada uno por si solos de incendiar los altavoces de tu estéreo con su aportación personal al sonido conjunto que la banda exhibe como seña de identidad, y que asienta con este EP una primera piedra sobre la que construir las bases de una buena y parece que solida propuesta.
Abre el fuego la aceleración de "Damage", incontestable y resultona, especialmente adecuada para resolver en sus cuatro minutos cualquier atisbo de duda, bien por la solvencia de su base rítmica como por lo afilado de sus guitarras. "Hit the crowd" es el segundo corte, de desarrollo mas pausado y con ese cierto regusto ochentero al que antes hacia referencia, posiblemente en este tipo de cortes pierden algo de pegada, pero suena compacta y no pierde la esencia sobre la que se sustentan los cimientos de los "Jokers". El riff de "She starts" por un momento despierta la ensoñación particular del que escucha y te transporta momentaneamente a los callejones traseros del "Whiskey a Go Go" con ese toque tan vacilón unido a la inteligencia instrumental y a la destreza destacable de su guitarra solista, muy presente durante toda la producción.
" Spit It Out" auna la omnipresente irreverencia con ese toque de divertida distinción que aparece como seña de identidad en cada uno de sus directos. "Suzzanne" cierra la parte de composiciones propias, el inevitable momento baladistico inherente a este tipo de concepciones musicales, inevitable en cualquier banda que se precie de frecuentar el estilo, de interpretación correcta y sentida además de una buena oportunidad para poner el acento sobre las bondades vocales realmente notables de su frontman Lazy Lane quien mantiene en unas cotas elevadas durante todo el minutaje, tanto su potencial armonico como su particular abanico de registros. Y así la mejor manera de cerrar es el "rock&roll" de los "Pretty Boy Floyd" bonito y definitorio colofón que da una nueva mano de brillantina a esa patina sleazy que subyace durante los treinta minutos de duración del esperanzador debut de los Jolly Joker.
1 comentarios:
Goblin, si cada vez que escuchas el último de Crashdiet te dan arcadas, no seas gilipollas y no lo escuches más, tíralo a la basura y deja de dar el coñazo. Como decían Supersuckers en una canción, "You say cliche, I say classic".
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