Una noche de jueves situada entre dos días laborables no parece la mas propicia para disfrutar de una noche de rock & roll, máxime si a este hecho se le ha de sumar el del kilometraje, pero perderse la descarga de los de Los Angeles debia ser algun tipo de delito seguramente tipificado en el manual apócrifo del buen rockero.
En lo particular siempre me he sentido fascinado por esta banda de moteros recién salidos de algún film de Roger Corman o de la manada de antiheroes que nutria la horda que comandaba el inefable Peter Fonda en "The wild angels", por eso inevitablemente la cita era insalvable y encaminamos nuestros pasos sin dudarlo ni un segundo hacia la sala Japan Rock Club.
Tres discos avalan la trayectoria under de esta banda construida por algunos de los miembros que alguna vez sustentaron los pilares de bandas como The Bomboras, The Cramps o The Fuzztones. Liderados por la arrolladora presencia escénica de Jake "The Preacher" Cavaliere la banda angelina es poseedora de un vistoso directo capaz de arrastrar a los infiernos particulares de los "lords" a quien quiera se atreva a cruzar el limite y traspasar los muros sonicos de los dueños y señores de Altamont.
Un escaso aforo posiblemente motivado por lo inconveniente de la fecha o por lo underground de la propuesta aguardaba impaciente la aparición del quinteto (ahora reconvertido en cuarteto), en esta ocasión no había teloneros que caldeasen y dispusieran al publico hacia el estado adecuado de euforia, pero puedo relatarles con agrado que no fue necesario, los tipos supieron encender la mecha en tan solo unos minutos, como siempre y como en todos los ámbitos la predisposición es condición sinecuanum para disfrutar de un concierto, y parece que en concreto esa noche la había.
Ligeramente las once pasadas pisaban las tablas del escenario de la sala de Vilareal (Castellón) los tipos de "Lords of Altamont" imponentes estéticamente con su look de pandilleros a lo hell ángel predecidos de las curvas y la tremenda sensualidad de Moana Santana quien durante toda la noche en su faceta de retro go go se dedico a caldear si cabe el ambiente todavia mas, estaba todo preparado y dispuesto para la electrizante descarga de garage punk que la banda tan bien sabe desplegar en sus actuaciones.
Antes de describir lo allí visto es de justicia destacar la profesionalidad de los "lords", una maquina perfectamente engrasada que parece funcionar sobre raíles, funcionando todos como uno solo, además de manifestarse con una química latente que consiguen trasladar con facilidad a las primeras filas, resultado consecuente de la potencia de su propuesta unido a lo eclectico de su sonido.
"Stiggs" Johnny Devilla , Shawn "Sonic" Medina , Jake "The Preacher" Cavaliere, John "Big Drag" Saletra, Kevin "The Phantom" Starr es la ultima formacion estable de la banda, aunque por sus filas han pasado una rica y larga lista de excelsos miembros que han contribuido al sonido desplegado por los americanos, dirty rock & roll garagero de planteamientos cercanos al punk.
Al ritmo de la inicial "Roller coster" Mr. Cavaliere con un gesto y una sonrisa consiguio que todos se congregaran en las primeras filas para recibir con devoción el despliegue sonoro que nos tenían preparado, así fueron sonando "Going nowhere", "Velvet", "Three", "Soul for sale" autenticas píldoras de energía que desprendían sudor y decibelios. Actitud, complicidad, máximo volumen y los equilibrios escénicos sobre los castigados teclados de Jake "the preacher" fueron arrancado aspamientos varios y desfrenados headbangers por parte del respetable que disfruto muy mucho de la impetuosa proposición de los "señores" y de lo seductor de posiblemente uno de los frontman mas en forma y que mejor entiende el sentido del espectáculo puro y duro.
"Knock knock", "FFTS", "Aint it fun"... fueron aumentando gradualmente la energetica dosis de crudeza garagera de la banda, una ligera sinergia psicodelica potenciada ademas en lo visual por la voluptuosidad de las generosas y potencialmente peligrosas curvas de la señorita Santana quien por si sola logro seguramente (sin duda) provocar un estado de hipnosis en mas de uno de los alli presentes con lo frenetico de su progresiones como por lo atractivo de su estetica.
"Get in the car" y "Live fast" pusieron el colofon al escueto set que la banda ofrecio antes de su primera retirada, antesala de los dos bisses que la banda nos tenia preparados y que finalizarion con el excelente broche final de "Time has come" que sono glorioso y que fue justo colofon a una extraordinaria noche cargada de calor y sensaciones. Sera por que el directo de "The lords of Altamont" es un dulce apocalipsis, sera por lo receptivos y cercanos que se mostraron en todo momento con el publico alli congregado, sera por lo que sera.... fue una gran noche!!!
Lo mejor: Refrendar en directo las buenas sensaciones que destilan sus discos...
Lo peor: Tener que volver a casa ;-)
Nota: Las fotos las hice esa noche, en pincipio para Broken Bones pero finalmente se publican aqui. En futuras crónicas ese hecho cambiara...
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