Esta mañana de domingo extrañamente me he despertado excesivamente temprano, la causa... pues como diría aquel seguramente la mala conciencia, así que ni corto ni perezoso y con el único objetivo de destrozar la incomodidad del silencio matutino me he ido como alma que lleva el diablo a buscar entre las novedades un disco capaz por si solo de ayudarme a afrontar el día con energía, y la mejor opción sin ningún atisbo de duda ha sido la tercera y nueva producción de los alemanes "Kickhunter", hard rock & roll resuelto y vacilón envuelto por unos omnipresentes coros y un maravilloso hammond.
La banda en cuestión es el proyecto paralelo del bajista de "Hellowen" Markus Groskopf, pero en lo musical esta totalmente alejado de su banda matriz, en esta etapa Markus y compañia dan rienda suelta a su eclecticismo rockandrollero y una vez más se sacan de la manga un muy entretenido disco que ningún aficionado al hard rock debería dejar pasar, porque una vez lo reproduces en tu estéreo seguramente querrás más...
Dos guitarristas, teclados, un bajista, un batería, tres vocalistas (la maravillosa voz de Ela & Melanie Black a los coros que merecerían un capitulo aparte), ademas de la colaboración puntual de Axel Mackenrott y Jan S. Eckert de "Masterplan" dan cuerpo a estas once canciones variadas, rockeras, animosas y distrayentes que además cuentan con alguna agradable sorpresa en forma de versión. Producidos por Dennis Ward - casi nada- la banda profundiza en la senda marcada pr sus dos anteriores entregas discograficas "Hearts and Bones" (2003) y "Little Monster" (2007), álbums que les permitieron embarcarse en giras acompañando a dinosaurios de la talla de Deep Purple o Lynnyrd Skynyrd.
El buen hacer a las guitarras de Rollie Feldmann y de Stefan Aurel, el hammond de Ansas Strehlow -me encantan las bandas con hammond-, Karsten Kreppert y Grosskopf atendiendo a las labores de batería y bajo respectivamente, la labor de las feminas antes mencionadas a los coros y la particularidad vocal de J.C. Wesenberg consiguen que este "All in" eche humo en cada una de sus partes consiguiendo inevitablemente el "contagio" de todo aquel que se encuentre en el radio de su onda expansiva.
"Mine all mine" con su rock and roll clásico deja un agradable poso y asienta la necesidad de seguir avanzando en el track list, "Revolution" acelerada, melódica y embellecida por ese hammond que me absorbe los sentidos en cada una de las notas que despliega el bueno de Strehlow, "Another tear" algo más gris da el relevo a "Feels like home" relajada de ascendente sureño donde los coros de las damas brillan sobremanera.
La pieza que titula el disco "All in" es una arrebatadora intro de piano que sirve para sostener la entrada de la muy rockera y de vocación cercana al western "Shy, Shy, Shy" -donde una vez más los coros....-, "Cheeks in the mail" de Victory aunque algo más pausada que la original pero tremendamente adictiva cuenta con la colaboración a la guitarra de Herman Frank, "Boogie town" suena a lo que anuncia su titulo, un acelerado boogie sustentado en el frenetismo del ritmo marcado por el hammond y la bateria de Kreppert.
"Deep in my heart" trae de nuevo la pausa con unas maravillosas voces cruzadas, en un tono más acustico y de cierta ascendencia country. Una nueva versión pulveriza la atmosfera creada por el corte anterior, "Call me" de Blondie donde sinceramente Melanie Black alcanza con su linea vocal un enorme parecido con Debbie Harris aunque en lo instrumental suena tal vez con más carga de profundidad, ustedes podran comparar una y otra pieza. "Ocean" y sus seis minutos de cierto sinfonismo a lo "Pink Floyd" pone el punto y final a estos cincuenta y cuatro minutos de esplendoroso hard rock & roll muy adecuado para pulverizar despertares dubitativos propios de las jornadas dominicales, un buen trabajo y muy variado que sin duda merece un hueco destacado en nuestra colección de discos.
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