Esta banda inglesa por méritos propios- que más tarde procederemos a explicar- se merece todas nuestras atenciones y nuestros parabienes, si además conocemos que están apadrinados por la varita cuasi mágica del ínclito Ronnie Wood pues sumamos nuevos puntos de positividad que a buen seguro ayudan a sumar enteros a nuestra hambrienta y a veces malsana curiosidad.
Además resulta que al frente de esta banda ubicada geograficamente en Londres esta una de esas mujeres "poseídas" por uno de esos espíritus de aquellas "big mamas" que con sus tremendas voces empujaron el blues fuera de los garitos ilegales que dormían entre campos de algodón, es realmente emocionante además de una gozada para los sentidos disfrutar oyendo en absoluto silencio lo que sale por boca de esta dama de prodigiosa voz, en ocasiones hipnotiznate y siempre enormemente envolvente y seductora. Lynne Jackaman -que así se llama- responde a la curiosidad antes suscitada con todo un repertorio de registros y texturas vocales que además y para más inri han sido envueltos en un fino y atractivo envoltorio físico que si bien es cierto no es imprescindible no es menos cierto que la conjunción de factores ayuda, pero todo pasa a un segundo plano cuando la fuerza y el tremendo background vocal de Lynne hace acto de presencia.
Y es que de vez en cuando surgen de la nada magníficos discos como el que nos ocupa, son la nueva sensación de los circuitos ingleses, son una banda tocada por la mano de Dios verbalizado en lo musical gracias por ejemplo a la producción de Chris Kemsey, esto unido a la manita que ha puesto sobre ellos el "Stone" Woods" da como resultado una maravillosa amalgama de sonidos que pasan por el soul, por el blues y el southern sin dejar de mirar ni un instante al todopoderoso rok. He leído por ahí y me ha gustado como definición que "Saint Jude suena como sonarian en la actualidad The Faces si a la voz estuviese Janis Joplin", así con la solemnidad descriptiva de esta acertada definición nos vamos a quedar, de momento.
Un álbum debut de rock descarnado a veces, de poderosos riffs propiciados para el disfrute inmediato del respetable, un disco plagado de rock and roll de sabor añejo con algunos momentos de excelencia que se ve circunscrito al ámbito de la ensoñación particular entre atmósferas enfundadas en el hechizo absoluto que "Saint Jude" produce con cada una de sus escuchas. Toda esa lista de cualidades solo son posibles gracias a un quinteto que sostiene la magia del Santo Judas en la destreza de Adam Greene a la guitarra, Joe Glossop intratable a los teclados, Colin Palmer al bajo y Lee Cook en la tareas de destrozar los parches, una muy lubricada base instrumental preparada para soportar el enorme peso de la responsabilidad que recae sobre todo aquel que deba acompañar a Miss Jackaman y su don.
El inicio con "Soul on fire" realmente arrebatadora, la continuacion con "Garden of Eden" - joder, como se nota la mano de Woods-, "Little Queen" o "Sweet melody" son algunas razones para seguir creyendo en esto del rock & roll, por lo arrollador de su propuesta, por lo inteligente de sus composiciones, por la sensibilidad que destila cada una de sus piezas, por la voz de Lynne, por esto y por que pese al estado deplorable de la industria y al exceso de grupos que imitan a otros hasta la saciedad, es harto esperanzador ser testigo de como todavía de vez en cuando emergen bandas como "Saint Jude" para hacernos el día a día un poco más amable, para sonreír cada vez que le damos al botón del play.
2 comentarios:
Markus, si si que lo he escuchado, ahora estoy intentando asimilarlo, las primeras no me han entrado muy bien.... jajajajaj, un abarzo
nortwinds, si que salen los comentarios pero tengo que aprobarlos primero, ultimamente aparecian muchos tocahuevos con exceso de tiempo libre y como que no me apetce... un abrzo master!!
muy muy buenos Rafa, rollito a los primeros Crowes tambien
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