Sonny Vincent + Lid Vil (Japan Rock Club 25/09/10)

La posibilidad que uno tiene de poder ver en directo la descarga de una de esas leyendas supervivientes del rock es inversamente proporcional al inexorable paso del tiempo, es sobradamente conocido que aquellos que forjaron de manera involuntaria las duras y sangrientas paginas del underground van desapareciendo bien por una cuestión biológica natural o por el desinterés de promotores, publico y otros condicionantes ajenos al mundo de la música. Por eso la cita que los chicos de la "Japan Rock Club" de Vilareal nos habían preparado para la noche del último sábado de septiembre adquiría de manera irremisible y por meritos propios el estatus de "obligada", nada más y nada menos que Sonny Vincent uno de los pilares donde se sustento parte del peso del punk newyorkino, 34 años en activo , habitual del CBGB en sus años de plena efervescencia y poseedor de una discografía tan extensa e interesante que se pierde en los inicios de los tiempos, una discografía plagada de sublimes colaboraciones con miembros por ejemplo de Velvet, Mc5, The Damned, Dead boys o los Stooges.

Sonny Vincent respira punk rock por cada uno de sus poros, cuentan los escritos apócrifos de la historia del punk que con trece años de edad vivía ilegalmente en un prostíbulo, un año más tarde consiguió su primera guitarra y con quince ya lo habían echado de todos los centros educacionales por los que paso, incluso llegaron a echarle de varios reformatorios a causa de lo incorregible de su comportamiento, posiblemente esa locura juvenil, ese nihilismo desbordado le sirviera para transitar siempre por las sendas más oscuras del rock and roll. En el 76 Vincent formaría el germen de lo que despues sería una longeva e interesante discografía "The Testors", con esta primigenia formación y a mediados de los 70's empezó a convertirse en pieza fundamental en aquellas noches de la época desbordadas de acción y actitud, salas como el CBGB, o el Max le permitirían compartir escenario con The Cramps, Suicide o los mismísimos Dead Boys a los que acabaría acompañando de gira, con The Testors editaría un único sencillo en 1980 muy cotizado hoy en día, despues de lo recién descrito y por una serie de violentos acontecimientos que él mismo Sonny provocara, acabó con sus huesos en un hospital mental de Nueva York., una personalidad indomable, imprevisible, identificatoria de una epoca.

Tras esa "estancia" este killer punk intento abrirse camino en el mundo del cine con "Mannequin World", la peli fue un rotundo fracaso y nuestro antihéroe decido entonces dedicarse en cuerpo y alma a la música, afortunadamente para nosotros. Este infatigable personaje tiene en su haber entre otros logros haber tocado con Captain Sensible (The Damned), Bob Stinson (The Replacements) con el que formaría Model Prisoner, con Cheetah Chrome (Dead Boys) y el antes citado Stinson crearon Shotgun Rationale, y para rizar el rizo con miembros de The Stooges, Damned y Dead Boys fundó Rat Race Choir con los que editaría un fantástico 7". A partir de ahí vendrían múltiples formaciones Sonny Vincent & the Extremes, Model Prisoners, Shotgun Rationale, The Dons, Sonny Vincent & the Guevaras, Sonny Vincent and his Rat Race Choir, para finalmente trazar una carrera en solitario que le llevaría a grabar numerosos álbumes acompañándose por grandes figuras de aquella época dorada para la escena de Nueva York, como se pueden imaginar y despues de lo descrito no nos podíamos perder esta pequeña cita con la historia...

Para caldear ambiente y conciencias los escogidos esta vez fueron la banda castellonense "Lid Vil", segunda oportunidad que un servidor tenia para disfrutar de su potente directo, una nueva ocasión para refrendar las buenas sensaciones que me produjo su anterior acometida en la que abrían para "The Flaming Sideburns". He de reconocer que este cuarteto tiene maneras y de manera subliminal su propuesta gana en enteros asentando paso a paso un personal sonido tan atronador en directo como convincente. Unos textos en castellano que buscan su apoyo en la tremenda visceralidad filtrada a través de la rugosidad de las cuerdas vocales de su frontman que imprime en cada una de sus interpretaciones un endemoniado y apocalíptico ritmo que le lleva a acometer cada pieza como si fuera la última de su existencia. Esta tesitura vocal obtiene su justa correspondencia en la solidez de la instrumentación que la banda exhibe, ajustada en su ejecución, correcta en su desarrollo y desbordante en su sonido.

Este rugiente pastiche de rock and roll sudoroso plagado de reminiscencias del punk sobre las tablas de la Japan vio su inicio en un desbocado primer set de tres canciones, "el fin", "así es" y "pequeñas cosas" eran diseccionadas por la banda sin piedad y con un frenetismo exacerbado, una leve pausa para saludar al escueto aforo que la sala presentaba en ese instante y nuevas piezas se sumaban al particular suma y sigue de la banda, "a rehabilitar", "no me des" o "desecho" conseguían cautivar al respetable con esa dura mezcla de la que al final de este articulo les dejo una breve muestra videografía. "Acelerado", "El infierno me gusta más" y "rock & mort" servían para acentuar el caluroso directo de estos "zekes" locales instalados en la rotundidad de sus formas y en la claridad de su posicionamiento en lo musical. Un par de covers ponían el punto final para una banda empeñada en ascender paulatinamente a las primeras filas del under patrio a fuerza de trabajo, esfuerzo y destrozar silencios en cada una de sus descargas, por lo visto hasta la fech y por lo que esta por venir, larga vida!!

Era el momento para Mr. Vincent y los suyos, pese a que el aforo no se había incrementado con la significación que la fecha requería, el punk rocker newyorkino pisaba el escenario de la Japan exultante y deseoso de ofrecer a los allí reunidos una muestra representativa de su prolífica carrera. Sin haber tocado aun ni una sola nota el respetable poniendo el grito en el cielo no cesaba en la petición de este u otro tema. espoleando con sus peticiones al combo en forma de cuarteto que se disponía al comienzo de su set, una muestra significativa esta que en cuanto a público se refiere lo importante es la calidad y no la cantidad, y el fiel público de la sala castellonense ejerce siempre como buen anfitrión haciendo gala en cada ocasión de su entrega.

La pieza escogida para romper las formalidades fue "bad attitude" del álbum que Mr.Vincent compartiría con Bob Stinson, "zooed out" o "always a catch" iban dando forma a un potente a la vez que desaliñado directo, tan eclectico en su fondo como rotundo en sus formas en el que el bueno de Sonny y su engrasada banda daban una y otra vez repetidas muestras de su grandeza escénica, su a veces casi improvisado desarrollo iba destilando buenas sensaciones en cada una de sus acometidas y de manera imperceptible nos recordaba el porqué de su longeva carrera, cada movimiento, cada gesto y cada sonido que provenía de los marshalls de esta leyenda con forma de hombre debería permanecer de manera indeleble en el imaginario del punk.

Con la chupa grabada en su espalda con la marca de "The Testors" de Vincent volando por la sala nuevos bombazos hechos canción llegaban con "A 23 boum", "Primitive", "Huh" o "medicin indians", una buena colección de endiablados riffs conectados con la destreza del guitarra que le acompaña que enfundado en una camiseta de Dollhouse nos convenció con su actitud y desarrollos instrumentales, Rocking Bernadette respondía de forma automática a las "señales" que Vincent le iba marcando de manera aparentemente improvisada, convenciendo con su estética puramente newyorkina y con la velocidad de su digitación a propios y extraños. "Urban shock", •Hard to dissapoint", "Busted" o "Madras prison" contentaban y convencían a partes iguales a un ya entregado aforo que instalado a fuego en las primeras filas tímidamente iban marcando sus primeros "pogos" dando forma así a una agradable sinergia resultante entre músicos y publico que se mantuvo durante toda la velada, reflejo sin duda de las ganas de unos y otros.

"Do What I Want" y "french music" servían para poner al punto y seguido al set que la banda nos tenía reservado, una breve despedida, una pequeña recomposición en el backstage, cambio de guitarra para Bernadette que había fundido algunas cuerdas y vuelta a la lucha, hasta en tres ocasiones disfrutamos de los bises de Sonny Vincent y los suyos, Paul Grace (Smith) & Illias Olympus al bajo completaban la formación que acompaña a las mil maravillas a esta leyenda viva del punk, que pese a que en las tareas vocales podía haber sonado mejor nos dio una memorable lección de estilo, un recordatorio para todos sobre lo incombustible de las "viejas glorias" y sus tratados con olor a azufre con el mismísimo diablo que les permite por suerte para nosotros seguir transitando con energía, solvencia y una sobria dignidad la dureza de los mil y un escenarios.

LID VIL



SONNY VINCENT





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