Segunda cita en la misma semana con el rock en su estado más puro, si la noche de ayer nos desgañitábamos bajo los mandatos de las consignas de The bellrays y Jesse Malin, la noche del viernes venia cargada aun más si cabe por una adivinable aureola de intensidad. La sala Durango nos ofrecía la posibilidad de disfrutar del apasionado directo de una de las bandas más en forma del panorama nacional, los vitorianos de Soulbreaker Company acaban de firmar el que podría ser sin atisbo para las dudas uno de los discos del año, su flamante "Itaca" tenia parada programada en Valencia y eso es algo que no podíamos dejar pasar. Es una lástima que una maldita coincidencia en las fechas nos colocara en la difícil tesitura de tener que escoger, descartar o como le queráis llamar, la putada es que el mismo día, a la misma hora y en la misma ciudad coincidan dos propuestas interesantes en cuanto a música en directo se refiere, por un lado los citados SBC y por otro Imelda May, me hubiese gustado poder desdoblarme físicamente y poder disfrutar del show de la señorita May y su último disco "Mayhem", pero despues de los visto, vivido y sentido creo que acertamos plenamente en la decisión, pudimos disfrutar de un concierto armado con una fuerte carga emocional, las sensaciones que estos tíos son capaces de transmitir en sus directos son difícilmente descriptibles, aunque si me lo permiten lo voy a intentar con esta pequeña colección de párrafos escritos en tinta virtual...
Una vez más la catedral del rock valenciano, la sala Durango Rock Club nos había preparado un suculento manjar que ayudara a paliar lo exigente de nuestro insaciable apetito, la expectación creada por las buenas sensaciones que habíamos recibido tras la ingesta compulsiva del último trabajo de la banda gazteiztarra alimentaba nuestro deseo de comprobar cómo iban a sonar las nuevas canciones bajo los rigores del directo. La elegante intensidad de las once canciones que conforman este viaje que atiende al nombre de "Itaca" había dejado una profunda y emocionante huella que instalada en el deseo más absoluto necesitaba ser saciada con la avidez propia del curioso. Afortunadamente vimos cumplidas con creces nuestras expectativas, tuvimos suerte, nuestros ojos vieron, nuestros oídos escucharon y nuestra alma se alimento al menos por un instante con las once canciones que conforman la travesía de "Itaca", once etapas de un periplo que además ofreció algunas sabias miradas a un pasado en lo musical que les ayudo a construir el sólido presente que contempla a la banda y que les catapulta hacia un intangible futuro, que me atrevo a vaticinar extremadamente interesante.
La banda encargada de trazar las primeras líneas de la noche del viernes fueron los valencianos de "Southill", una banda de covers que dibuja un recorrido por el rock sureño dando voz a versiones de por ejemplo ZZ Top, Lynyrd Skynyrd, The Allman Brothers Band, Led Zeppelin, Black Sabbath o Black Crowes. Y eso es lo que ofrecieron como previo, a prioiri apetecible, lo que pasa es que los valencianos ofrecieron un set que no convenció al escaso aforo que les contemplaba desde la frialdad de la fila diez, su concepción sonora no consiguió atraer a su causa a los allí asistentes, voy a utilizar un ejemplo descriptivo para racionalizar esta percepción, un buen amigo una vez me conto su personal sistema para valorar si un directo le había gustado o no, me decía... "si cuando me subo al coche para volver a casa no recuerdo ninguna canción de las que han tocado es que no me ha gustado", la aparente trivialidad de esta afirmación es más o menos la percepción que un servidor obtuvo de una banda que le puso muchas ganas, y que me gustaría volver a ver una vez más deseoso de que mi negativa apreciación cambie radicalmente, palabra.
Técnicos, pipas y demás aves de escenografía comenzaban a pertrechar el escenario del Durango con todo lo necesario para acoger a los siete músicos que ocuparían las solemnes tablas del club valenciano. Los allí presentes invadían las barras en busca de los mágicos elixires que les ayudaran a somatizar con mayor facilidad las proclamas que en unos instantes emitirían estos nuevos profetas, dispuestos a verbalizar en la siguiente hora y media los sonidos que alumbran el camino de una banda propietaria de tan hermoso nombre, Soulbreaker Company hacia acto de presencia y acometía su primera andanada con una mirada al pasado más reciente, la pieza escogida para abrir era "Eliptic Turns" de su segundo trabajo "The Pink Alchemist".
Inmediatamente despues la excepcional "Oh ! Warsaw" servía como primera referencia de su último disco "Itaca", majestuoso en los surcos del vinilo en directo sonó realmente arrebatadora, la profesionalidad de los de Vitoria y el alto grado de emoción que son capaces de expresar con el lenguaje de sus instrumentos impregna de una manera imperceptible los recuerdos del espectador y propicia que por ejemplo un día despues todavía resuene con claridad perdida en algunos de los mas recónditos hemisferios de mi cerebro. Sonaría entonces "Rude perfume" y "Colours of fire" para refrendar la positiva percepción de los primeros instantes, para entonces ya se había instalado sobre la sala una palpitante neblina que cubría cada indicio de silencio con las armoniosas texturas que descendían desde el escenario.
"Stop The Slaughter Machine" volvía a poner el acento en el recuerdo de su segunda entrega discográfica, fue entonces cuando unas notas de piano advertían de que iba a sonar una de mis piezas favoritas "Take A Seat On The Moon" y su adorable sencillez hacían acto de presencia subyugando la conciencia ya perdida de este humilde cronista. Tres nuevas paradas del viaje que lleva a "Itaca" sonarían entonces "Hail While She Leaves", "Sow The Roses" o "No Way Back Home". "Kiss in Your Face" y los siete minutos de "Sandstorm" ponían el cierre a la primera parte del set, la banda desaparecía tras las puestas de la "black room" para reaparecer instantes despues y acometer uno de los pasajes de más intensidad, sonaría entonces la indescriptible "It's Dirt", les confesare que su etérea intro y sus nueve minutos de extremada belleza un servidor los utiliza para cada mañana despues de despertar apaciguar los demonios que todos llevamos dentro y que cada día pugnan por salir. "It's Dirt" es una introspectiva traslación de sensaciones, un conmovedor pasaje para disfrutar con la apaciguada quietud del que contempla con los ojos cerrados.
"You Shouldn't Cry", "Where Mermaids Sing Loud", "Blood That You Wish" o "Saviours" redundaban en la positividad de una noche de las de enmarcar, el comportamiento de "la compañía" sobre las tablas es impecable, acorde con la pureza de su sonido y la suavidad de sus formas. el broche final a todo lo descrito venia de la mano de la pieza que abría su debut discográfico, "Hot Smoke & Heavy Blues" dibujaba en nuestros recuerdos la imagen de aquella magnifica portada y los sonidos primigenios de una banda que ha evolucionado con valentía, dando a cada paso una vuelta de tuerca a la paleta evolutiva que contempla los tres discos de estudio de la banda vitoriana. Una noche memorable que deja en el paladar auditivo un suave poso de duradero recuerdo en las líneas de unos párrafos, que pretenden en la medida de los posible describir con palabras lo que solo las emociones pueden contar.
1 comentarios:
jajajajaj Zoetu tambien lo estas rozando con este comente jajajaja
la banda suena tremendamente genial, lo del aforo ya roza lo indigno, pero peor paralos que no quisieron disfrutar de semejante concierto, un abrazo!!
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